Escuela Lens

Escuela Lens, Madrid, España

Fundada en el año 2011, LENS Escuela de Artes Visuales destaca como líder en el ámbito de la creación fotográfica, ofreciendo una experiencia educativa que apuesta por la calidad de las propuestas formativas presenciales y online y el diálogo con las tendencias más contemporáneas.

 

LENS Escuela de Artes Visuales facilita que sus alumnos formen parte de una comunidad de creadores desde el primer día, generando sinergias entre ellos y con los profesores de la escuela. El equipo educativo de LENS está compuesto por profesionales altamente calificados y reconocidos en el mundo de la fotografía, quienes comparten su experiencia y conocimientos de manera apasionada. Esta combinación de teoría y práctica asegura que los estudiantes no solo adquieran habilidades técnicas sólidas, sino también una comprensión profunda del arte y la estética fotográfica.

Cada año, más de 700 alumnos de todas las nacionalidades apuestan por nuestros cursos para mejorar sus habilidades y adquirir las herramientas necesarias para destacar en el apasionante mundo de la fotografía.


COLUMNA

Por Sonia Celma

@soniacelma_photo

El proyecto se basa en la analogía entre la columna vertebral y la columna arquitectónica, elemento vertebrador y soporte del cuerpo humano y de la propia arquitectura, para contemplar desde el espacio arquitectónico las tensiones que surgen en un cuerpo y en su entorno emocional.

Mi hija Carla ha llevado durante siete años, veinte horas al día, un corsé ortopédico para intentar que la deformación de su columna vertebral no fuera a más de los 28 grados que tenía con nueve años. Ella, sometida a tensiones constantes contrarias a su deformación y a su voluntad:  No quiero, no existe.   Yo, desde mi mirada de arquitecta, sintiéndolo como una enfermedad geométrica donde mis esfuerzos se concentraban por una verticalidad imposible, para finalmente asumir que la imperfección forma parte del cuerpo.

La columna es el soporte necesario para el equilibrio, para que las tensiones se transmitan verticalmente a la tierra; sin embargo, durante todo este tiempo las fuerzas en su cuerpo y su entorno no han ido en la misma dirección, construyendo una arquitectura de negación y aceptación, de dolor y cura, de tensión y distensión, de amor y odio.

Ahora, creamos una arquitectura de comprensión que nos permita transmitir nuestras fuerzas en la misma dirección para liberarnos de ellas.


PAPÁ ME LLAMA PRINCESA

Por Paula Yubero

@paulayube

“Papá me llama princesa” es un proyecto en el que me relaciono con mi padre a través de todo aquello que no compartimos, tomando la herida como oportunidad y posibilidad de crear un nuevo universo.

La sesión de fotos funciona como un espacio de juego, diálogo y complicidad, de entendimiento mutuo. El traje, el disfraz, como espejo y como piel. Como piel para ponerme en su lugar cuando tenía mi edad, y como espejo para él, viéndose al mismo tiempo que mira a su propia hija.

El proyecto nació de una primera sesión, en la que me autorretraté vistiendo el traje militar de mi padre. Este traje había estado en casa desde que yo era niña, y siempre que salía de aquel armario era el detonante de conversaciones con él. La estrategia y las decisiones que tomé cuando hice esta primera aproximación son las que me llevaron a desarrollar un proyecto más extenso.

Decidí hacer las fotos en un jardín vinculado a la infancia de mi padre, y por tanto al acto de jugar y le elegí como ayudante. Esta dinámica se convirtió en un juego entre los dos, a través del cual nos comunicamos y tratamos de entendernos. Una parte importante del proyecto es la profesión de carpintero, que heredó de su padre, quien a su vez la heredó de su abuelo.

Desde pequeña, recuerdo habitar la carpintería con cierta distancia y rechazo, un lugar especialmente masculino que siempre sentí que no me pertenecía de alguna manera. Ahora habito esos espacios relacionándome con ellos con una presencia y una actitud diferentes: ¿Cómo habito esos lugares? ¿Cómo los habría habitado como hombre? ¿Qué significa para mí habitarlos como mujer? ¿Cómo me habría fotografiado en ellos? ¿Qué heredo de todo ello y cómo me construye?


PAN, PIJO Y HABAS

Por Malu Reigal

@malureigal

“Pan, pijo y habas” es un proyecto que nace de un marco familiar propio y se desarrolla en torno a las relaciones de afecto que se dan en un contexto periférico radicalmente masculinizado donde tienen lugar la cría y el adiestramiento de palomos de competición.

Mi conexión con esta práctica viene de una tradición que comenzó con mi abuelo y que a día de hoy continúa mi tío. Él es el único varón de cinco hermanos y, en la casa familiar, es ahora quien se encarga de cuidar de mi abuela, de las palomas, de la huerta, y de las rosas que plantó su padre.

Estas relaciones de cuidados son procesos aprendidos que, en el caso de los hombres, se encuentran socialmente afectados por un entorno en el que los ritos y valores heredados han definido una identidad colectiva homogénea.

El proyecto trata así de abordar y medir las tensiones entre la elección y el mandato, estudiando las líneas desdibujadas que separan cuidar y criar, amar y poseer, heredar y asumir… y plantea una reflexión sobre los vínculos. ¿Cuál es la relación de los hombres con su entorno, con sus raíces, con las aves y con ellos mismos?


AQUÍ NINGUÉN FALA DISO

Por Maider Jiménez

@maider__jimenez

Comencé a vivir en Ferrol a los nueve años, aunque desde que nací ya me traían a menudo para visitar a mi familia materna. Esta ciudad siempre ha sido mi hogar, un lugar de encuentro conmigo misma, pero a veces me pregunto qué hubiera pasado si hubiese crecido en otro sitio, dónde estaría ahora si esta ciudad fuese diferente.

Hace poco me di cuenta de la presencia del muro. Hasta ese momento lo había obviado, como todo lo que nos acompaña desde siempre, como todo lo que damos por hecho. Había obviado dos kilómetros de piedra y hierro, un muro de siete metros de alto que me impedía ver el horizonte a diario. Entonces, pensé en todo lo que nos encierra de alguna manera, en cómo el pasado se impone.

En el marco de una ciudad en declive, utilizo este muro que nos separa del mar como metáfora para hablar de un futuro incierto. Aquí encuentro nuestros traumas y nuestros sueños. Lo que somos y lo que podríamos ser.

Este proyecto surge de un cambio de etapa y de mi relación con las expectativas, las generadas por mi y las ajenas. Se trata de un pulso con la frustración, algo que se extiende de manera colectiva a las personas que han crecido en un contexto como el mío.


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© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879