Miquel Dewever-Plana: LA OTRA GUERRA

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LA OTRA GUERRA

Fotografías: Miquel Dewever-Plana

Texto: Jean-François Leroy, Fundador y director de Visa pour l’image, Perpiñán

Reportaje fotográfico sobre una realidad que podría ser la nuestra: una guerra no declarada en Guatemala, un país que se ha convertido en uno de los más peligrosos del mundo.

 

 

La otra guerra. Una de las que nunca se habla. O tan poco. Miquel Dewever-Plana ha elegido mostrárnosla. Explicar las razones que han llevado a ella. Las raíces de este mal están perfectamente identificadas. Es más, las autoridades conocen sin excepción a todos los miembros de estas pandillas de jóvenes, chicos y chicas, que se conocen como «maras». Pero nadie hace nada. Peor aún, a veces la policía los extorsiona, los encarcela por motivos sin importancia y los suelta, de modo que salen de la cárcel con más odio que cuando entraron.

© Miquel Dewever-Plana

Miseria, pobreza, un urbanismo anárquico y, sobre todo, corrupción: son tantos los motivos que podrían explicar tan dramática situación… Pero ¿cómo no reaccionar ante semejantes fotografías, ante unos testimonios a cuál más emotivo? El relato en que Norma cuenta cómo su hija de 17 años fue ejecutada delante de ella no me abandonará nunca. Uno entre tantos otros. Una violencia intolerable, una barbarie encubierta, ejecuciones en nombre de un «honor» que carece ya de todo sentido.

La población no puede soportar estas arbitrariedades día tras día, y algunos deciden alistarse a los grupos paramilitares para resucitar los escuadrones de la muerte, de tan siniestro recuerdo, que secuestraban y asesinaban a los miembros de la guerrilla, uno a uno. Los reaccionarios –ellos tampoco– no hacen las cosas a la ligera.

© Miquel Dewever-Plana

Todos los actos de esos jóvenes perdidos son, claro está, absolutamente condenables. Droga, proxenetismo, robos con violencia y asesinatos constituyen su pan de cada día. Miquel Dewever-Plana no los ve solo como delincuentes. Sin caer nunca en la victimización o, peor aún, en la artificiosidad, se propone mostrarnos sus emociones, sus sentimientos. No cabe duda de que necesitó una buena dosis de paciencia para lograr ser aceptado en su vida cotidiana, en cada una de las situaciones que nos descubre y de las que quiere ofrecer un testimonio sin ensañamiento, con una tenacidad digna de todo respeto.

Las imágenes serán, a buen seguro, impactantes para algunos lectores. Pero, como casi siempre, no son las fotografías de Miquel las que resultan demasiado violentas, sino que son las situaciones que muestran las que resultan insoportables.

© Miquel Dewever-Plana

A menudo se tiende a asociar el nombre de un fotógrafo con una obra en concreto de su carrera. Josef Koudelka y los gitanos, Mary-Ellen Mark y las prostitutas indias, Stanley Greene y Chechenia, Eugene Richards y los soldados estadounidenses de regreso de Irak, Paul Fusco y los niños de Chernobil… Estoy convencido de que este libro, del todo necesario, se convertirá en una referencia, de modo que ya no se podrá hablar de la violencia en Guatemala sin pensar en Miquel Dewever-Plana.

Suelo repetir con frecuencia que el talento de un fotógrafo se mide por su discreción, por su capacidad para pasar inadvertido. Si, cuando miramos un reportaje fotográfico, nos ponemos a pensar en el talento de su autor, es señal de que este ha fracasado en su misión. Si, por el contrario, sentimos empatía por sus sujetos y no notamos en ningún momento la presencia del fotógrafo, eso quiere decir que nos encontramos ante uno de los grandes. Al adentrarnos en este libro, cuya dolorosa realidad difícilmente se podrá olvidar, constatamos hasta qué punto Dewever-Plana es un inmenso fotógrafo.


Acerca del autor:

Miquel Dewever-Plana comenzó a estudiar bioquímica antes de viajar por Centroamérica. Desde mediados de la década de 1990 comparte la vida cotidiana de las comunidades indígenas. Es autor del libro La otra guerra, publicado por Bec en L’air.

Está representado por la agencia VU. Alma, hija de la violencia, un webdocumental que dirigió con Isabelle Fougère, ganó la Visa de Oro 2013 para el webdocumental.

Entre 2013 y 2015, el fotógrafo permaneció varios meses en las aldeas interiores de Tahluwen, en los países Wayana y Camopi, Teko y Wayãpi.

Miquel trastoca los códigos, los de la fotografía antropométrica del siglo XIX, para la que el retrato era una ventana al alma humana, pero el de los “otros”, los delincuentes, los enfermos, los “salvajes”, revelando una sociedad que creía poder priorizar a los hombres en clases, categorías. y… carreras.

Links:

Libro: blume.net/fotoperiodismo/952-la-otra-guerra-9788498016604.html

www.miquel-dewever-plana.com

@miquel.dewever.plana

@editorial_blume

 

Todas las fotografías publicadas aquí tienen el Copyright del respectivo fotógrafo.

© 2019 Caption Magazine. ISSN 0716-0879