Adra Pallón: Demotanasia

 

Proyecto ganador, Premio ZAMPA 2022

La demotanasia es el proceso por el cual las personas de un territorio se ven obligadas a marcharse debido a acciones políticas directas o indirectas (o por omisión de las mismas). La muerte por despoblación es lenta y silenciosa. Despiadada con el territorio, la naturaleza, el patrimonio.

 

La situación no es menos dramática para las personas que habitan o, más bien, resisten en el lugar. Esas que viven en la más absoluta soledad en una silenciosa, silenciada y mal llamada España vacía. Europa es el continente más envejecido del mundo. Una de las regiones más afectadas por el envejecimiento según el Eurostat (Oficina Europea de Estadística) es la correspondiente a Galicia, noroeste de España. Muchas personas de avanzada edad se resisten a abandonar las tierras en las que llevan viviendo toda una vida. Existe un elevado porcentaje de personas mayores y por lo tanto con cierto grado de dependencia que viven solas donde los cuidados y la asistencia brillan por su ausencia. Contextos sociales extremadamente preocupantes ante la insuficiencia de recursos por parte de la administración y la pasividad, llena de violencia implícita, de los actores políticos involucrados.

© Adra Pallón
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La despoblación del rural es la causa directa de los numerosos problemas medioambientales como el aumento en la voracidad de los incendios forestales o el incremento de la erosión del terreno. La vida y el entorno en muchos lugares del territorio evoca a difíciles momentos del pasado siglo. Es frecuente encontrarse con personas jóvenes y de mediana edad obligadas a quedarse en un territorio aislado y rural para paliar las deficiencias en los cuidados que antes mencionábamos teniendo que ser ellos mismos los que se responsabilizan de sus mayores a expensas de sus propias carreras profesionales y, en general, de sus proyectos vitales.

© Adra Pallón
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El abondono del rural es, por lo tanto, no sólo el abondono de una generación pasada sino que también la de sus hijos e incluso nietos. La pirámide demográfica de alguno de los territorios tiene forma invertida. Existen núcleos poblacionales en los que la pirámide ni siquiera presenta una base debido a la baja natalidad y al masivo éxodo rural de la población joven y de mediana edad, quienes en las últimas décadas han visto imposible sobrevivir de la agricultura o la ganadería. Problema que se ve acentuado en zonas geográficas con una orografía sinuosa. Las cuáles han sido tradicionalmente minifundistas puesto que la producción intensiva resulta imposible en estas zonas, condición que todavía hace más difícil la supervivencia de estos sectores ante un mercado voraz de macroproducción y sobreproducción como el actual. La falta en la calidad de las telecomunicaciones y conexiones hace que tampoco sea sencillo conectar la esfera productiva de estos lugares con el consumidor.

© Adra Pallón
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Todos estes motivos hacen que vivir en el rural sea una tensión permanente entre dos escenarios enfrentados. Por un lado, es la población activa (hijos y nietos) de personas de la tercera edad que viven en el rural los que se ven obligados a quedarse para cuidar de sus mayores mientras que, por otra parte, la única manera de “sobrevivir” a un mundo laboral que les sobrepasa es marchándose. La realidad última de esta dicotomía es que, habitualmente, la mayoría de personas que todavía viven en el rural son personas mayores que gozan de apoyos y cuidados intermitentes a través de hijos y nietos que, por lo general, ya han migrado a núcleos poblacionales más grandes que tan sólo vuelven al rural esporádicamente.

Esta situación es la que lleva al agravante momento que vivimos en el que gran parte de esa población envejecida se ve abandonada en estas zonas con cuidados y coberturas limitadas. La tendencia de estas dinámicas respecto al mundo rural parece, si no hay cambios radicales al respecto, evidente: el fallecimiento de los últimos habitantes rurales traerá consigo la muerte de un modelo social que se encamina a su fin aceleradamente.

© Adra Pallón
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Acerca de Adra Pallón:

Fotógrafo documental que a través de proyectos de larga duración en los que emplea fotografía y multimedia intenta explicar los problemas sociales que están presentes en la región o grupo social con el que se integra o forma parte.

Su trabajo de proximidad ha sido reconocido en concursos y medios, recientemente el Galicia Foco de fotoperiodismo.

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